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La Pantera Rossa: Pintando el barrio con libros
 

Si hay una sintonía que todos recordamos es la de la Pantera Rosa. Aquel dibujo animado tan gracioso, que contaba fans por todo el mundo, no podía imaginar que finalmente acabaría viviendo en Zaragoza. Para hacerse maña, la pantera ha añadido una ‘s’ a su nombre, ahora es La Pantera Rossa. Lo que los fans del dibujo animado no sabían tampoco es que La Pantera Rossa es un animal que respira cultura.



La UNESCO define cultura como el concepto que engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias y que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Si el centro ‘La Pantera Rossa’ hubiera existido entonces –la definición fue creada en 1982-, la UNESCO podría haberlo definido como el sitio en el que se practica toda esa cultura.


Cuando uno entra al local de La Pantera Rossa, en el límite oeste del barrio de la Madalena (calle San Vicente de Paúl 28), se encuentra, a primera vista, una librería. Pero no una cualquiera, el centro de la sala lo ocupan sillones y mesas blancas que invitan a leer cualquiera de los libros de los estantes.


Es imposible resistirse, nos sentamos. En la mesa de al lado un hombre apura un café mientras lee su periódico –posiblemente el Diagonal o Mongolia-, y en la radio algo de jazz que están poniendo en Radio 3. ¿Cómo no quedarse al menos un ratito? Ya que nos quedamos, revisamos los estantes para ver qué podemos curiosear. En La Pantera Rossa no se venden los libros más convencionales. Elvira Lozano, una de las trabajadoras del centro, explica que en esta librería podemos encontrar muchos títulos de ensayo político y publicaciones de economía: “libros con una mirada más incisiva”. Sin embargo esta tienda no se cierra a un público concreto, Elvira cuenta que no existe un perfil de público definido, de hecho, al fondo de la sala pueden verse unas sillas rosas que esperan a que los niños se sienten a leer cuentos y libros de poesía.


La Pantera transforma el barrio
“La Pantera Rosa no imita nada, no reproduce nada, pinta el mundo de su color para hacerse ella misma imperceptible.” Este es el lema de la Pantera Rossa que nació ya pensando en ser un “motor de cambio”. La historia del centro comienza hace casi dos años, cuando miembros de distintos colectivos del barrio- la redacción de Aragón de Diagonal, la Red de Apoyo a los Sin Papeles, el colectivo A Zofra y Mambrú-, decidieron unir fuerzas para la creación del proyecto. Su objetivo estaba claro: ser “un lugar al servicio de los movimientos sociales”; y el emplace no podía ser otro que la Madalena. Elvira Lozano explica que este barrio siempre ha estado ligado a los movimientos sociales: “Este es uno de los barrios más combativo de la ciudad”. La elección del lugar para la colocación de La Pantera Rossa no fue tan sencilla. Elvira cuenta que su intención era crear un lugar visible y llamativo, aunque admite que no podían irse de la Madalena: “en el fondo es nuestro barrio”. Por eso eligieron la calle San Vicente de Paúl como sede: la vía que marca el límite oeste del barrio y su zona más comercial, el sitio perfecto para la Pantera Rossa.


Desde su creación allá por enero de 2011, este centro ha cumplido su objetivo. Según Elvira Lozano, han sido “uña y carne” con el 15-M, llegando a acoger alguna de las primeras reuniones de los colectivos ‘Democracia Real Ya!’. Además en La Pantera Rossa se venden camisetas en apoyo a las mareas verde (por la educación) y blanca (por la sanidad) y varios colectivos del barrio se reúnen en el local periódicamente.



Una Pantera que “cuida el cuerpo y el espíritu”
La Pantera Rossa no es solo una librería donde se reúne gente y se venden camisetas. El local cuenta con un sotano acondicionado para talleres y exposiciones. Elvira Lozano explica que el barrio necesitaba el servicio de un centro cívico, ya que carece de él, y este centro se lanzó a cubrir ese vacío. En el espacio subterráneo se ofrecen cursos de yoga y defensa personal para mujeres, taichí, cursos de pintura, conferencias, exposiciones, y todo lo que se les pueda ocurrir a los vecinos del barrio.


Un centro construido entre todos
Antes de que a la mayoría de la gente le sonara el término ‘crowdfunding’ en La Pantera Rossa ya lo habían comenzado a usar. Crearon un programa de socios, en el que cada uno colabora con 5 euros mensuales y a cambio recibe descuentos en libros y talleres. Actualmente más de 120 socios sostienen la existencia de la librería, que manifiesta no tener un “objetivo puramente empresarial”. Según Elvira, la trabajadora que nos acompaña, la gente se implica con un proyecto cuando “lo entienden y quieren que funcione”, y gracias a ellos puede existir La Pantera Rossa. Además, para la creación de la empresa, solicitaron créditos a acreedores voluntarios dispuestos a ofrecerles préstamos solidarios sin intereses. Para el mantenimiento de la librería, su web también ofrece la posibilidad de realizar donaciones.



El apoyo, en este caso económico, de gente externa al proyecto es parte de la filosofía de la empresa ya que, según Elvira,”este es un proyecto de compromiso social que se sirve de la base, desde dentro y desde fuera”.

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Este local de San Vicente de Paúl es una librería, un centro social, pero sobre todo, un lugar que pretende ser un “motor de cambio” de la Madalena


Ivo Alho     09/01/2013 a las 08:30

Cultura

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